Opinión

DESDE ESE TIEMPO A ESTA PARTE

Por: Rafael Alexander Ruíz Valdiviezo (*)

El año se fue volando y solo queda en el recuerdo, y pasó en alas del viento en un abrir y cerrar de ojos. Y desde ese tiempo a esta parte, fue que viajamos por lugares imaginarios sin salir de casa. Ni bien se escuchó que la pandemia venía a pasos agigantados, pues de un momento a otro, ya con todo su poder de contagio fue que se nos vino encima, y ya todos pasaban por momentos entre la vida y la muerte. Y cerramos puertas y ventanas por temor al contagio que cada vez era más amenazante.

Empezamos un año con la pandemia y ahí mismo, recordando muchos pasados, pues se dio la cuarentena, como alternativa de solución al problema. Todos armaban sus barreras invisibles con alcohol, lejía, jabón, mascarillas y una serie de estrategias para evitar el contagio que cada vez se sumaba causando muchas muertes al instante.

El país pasaba por momentos como cuando se caen las hojas de los árboles, momentos de crisis que aumentaba segundo a segundo. Y se da el distanciamiento social y los abrazos y besos se esfumaron de inmediato. La gente vivía momentos de mucha incertidumbre tanto así que no sabían a donde ir ni como adquirir una defensa. Todos atrapados y sin escape ante una guerra invisible que se venía dando segundo a segundo.

Todos al saber sin saber no sabían que hacer ya que se veían ante una cruda realidad cada vez más amenazante por la pandemia, y la muerte que tocaba puertas y ventanas y nadie sabía su identidad, pues ya no era novedad que las víctimas se iban sumando cada vez más.

Muertos tirados por todas partes y los centros de salud ya habían colapsado. Los días corrían y la enfermedad también causando la muerte por todos lados. Tanques y más tanques de oxígeno salían a salvar vidas, al final hasta los especialistas en la salud fueron también infectados y el contagio ya había invadido de principio a fin. Al comienzo los ancianos fueron los que estaban en mayor riesgo, pero luego ya fue toda la población existente. Desde el recién nacido hasta el más anciano. La gente más pobre casi siempre es la más golpeada. El cementerio se llenó de cadáveres y fueron quemados de inmediato, y otros fueron enterrados como semillas en un cultivo totalmente aislados de toda forma de vida.

Poco a poco se fue abriendo un panorama como una luz en el horizonte y ya se podía detectar los síntomas de la terrible pandemia, y empezaba con molestias al respirar, mucha fiebre, y ya no se sabía el sabor y el olor, y los pulmones al no poder respirar eran los más afectados, y ya se veía a los pacientes entubados a un balón de oxígeno que era su única oportunidad de vida.

Como nunca esta vez la salud tuvo un precio tan elevado, y muchos ni con toda su riqueza acumulada se salvaron, pero los pobres al no tener recursos fueron las víctimas con mayor frecuencia. La verdad, que, si no tienes dinero con que pagar, ya estás en riesgo total, pues, poco o nada hacen por salvarle la vida.

La verdad que el país entró en una crisis enorme, ya que casi toda la gente sin salir de casa y sin mover un dedo, el país perdía día a día enormes cantidades de ingresos al no tener producción que mueve la economía. Cuantas personas que ya no tenían que comer y con la pandemia encima han vivido, mejor dicho, si es que estarán vivos, aunque lo dudo, y sin poder trabajar, eso fue una sobrevivencia extrema. Al final solo las mascarillas son los fieles testigos de esta cruda realidad que se volvía cada vez más cruel.

La verdad que hay mucho pan por rebanar, y se dio el caso que hubo muchos intereses y la pandemia fue sinónimo de que algunos se vuelvan más ricos y otros más pobres de la noche a la mañana. Las autoridades en vigencia, por encontrar en faltas graves, fueron destituidos de sus cargos, y se cambió a cada uno de ellos, como cambiar camisa. La pandemia apareció en forma adrede o casual, la verdad que hay muchas hipótesis que todavía sigue en estudio, como es el caso de los murciélagos y las ratas. Y tuvo su apogeo en un determinado momento, todos los países sufrían, unos más que otros, este terrible flagelo que cada vez era más amenazante. Luego, ya tuvo su retirada en forma paulatina, y resulta que la gente ya celebraba todo este acontecimiento, pues falsa ilusión, porque el virus hizo su retorno como una segunda ola que se eleva y arrasa con lo que encuentra.

Y de ese tiempo a esta parte, muchas medicinas han tocado las puertas y ventanas, y la enfermedad se mantiene invisible y ataca al mínimo descuido y el contagio es latente al no cumplirse con las indicaciones dadas por los especialistas de la salud. La vacuna que se hizo de esperar ya está asumiendo su rol encomendado. De todas maneras, hay una esperanza de vida de que esto ya no continúe cobrando más víctimas. Pienso que la solución es asumir ese compromiso del cuídate mucho y actuar con cautela en cada instante vivido. Se espera que todo esto de la pandemia se termine lo más antes posible y vuelva todo a la normalidad. Se espera que todas las personas recuperen su salud física y emocional. Se espera que los ciudadanos sepan elegir a sus autoridades en las próximas elecciones para que luego no haya descontento social. Se espera que haya más trabajo con un salario digno. Se espera que haya estabilidad laboral que hace mucho tiempo ya se ha perdido. Y se espera un país más educado para alcanzar el progreso.

(*) Docente(UNT), Master Educación(UCV).