Editorial

::: LOS BUITRES DE LA PANDEMIA :::

Por muy perverso que pudiera parecer el punto de comparación, no está demás recordar que, desde tiempos inmemoriales,  la humanidad ha bautizado con el apelativo de buitres humanos a quienes, sin ningún  miramiento,  lucran con la angustia y el dolor de quienes han caído en desgracia. Particularmente, y sin el menor escrúpulo, lo hacen con aquellas personas que se encuentran en peligro de muerte  y saben que en su desesperación son capaces de dar todo con tal de salvar sus vidas.

Pasando por encima de las barreras  del tiempo y el espacio, un caso similar a este inhumano aprovechamiento se habría producido en el hospital regional de Chimbote. Un médico de este nosocomio está siendo investigado por la Fiscalía Especializada en Delito de Corrupción de Funcionarios, por presuntamente haber exigido el pago de doscientos soles diarios a cambio de “brindar una mejor atención”  a un paciente afectado por el covid 19.

Se afirma que el pasado mes de enero el caso ya era de conocimiento de la dirección del hospital, razón por la cual el área de procesos administrativos y disciplinarios habría iniciado una investigación a nivel interno. Se dice asimismo que personal de esta dependencia, convocó a los familiares del paciente para que brinden sus declaraciones. Sin embargo, se presume que éstos últimos hayan preferido guardar silencio, pues en casos de esta naturaleza es comprensible que se anteponga el temor a posibles represalias.

Ha sido recién a comienzos de la presente semana, dos meses después de conocido el hecho, cuando la Fiscalía Anticorrupción se vio precisada a iniciar de oficio una investigación penal, tomando como referencia la información difundida a través de las redes sociales. Lo que significa que, de no haber sido por esta información, el caso tal vez hubiera pasado al olvido, como es frecuente en nuestra administración  pública.

Chimbote y el país esperan que el resultado de esta investigación se conozca cuanto antes. En caso de existir responsabilidad penal, lo correcto es que se aplique un escarmiento. Buitres humanos no pueden trabajar en los centros de salud, menos lucrar a expensas de la pandemia. Para ser más explícitos, no se trata únicamente de la salud de un paciente. Se trata de la salud moral del país.

De confirmarse este acto de lesa humanidad, estaríamos frente a un acto de corrupción tan grave y generalizado como la propia epidemia. El único remedio eficaz para devolver la tranquilidad que el país necesita, tendría que ser administrado en esta ocasión por la mano de la justicia.

Pero eso no es todo. Conforme el Diario de Chimbote ya lo advirtió hace unos días en esta misma sección, existe otra modalidad de cómo aprovechar la angustia y desesperación de miles de pacientes que luchan por su salud en los hospitales del Estado. Más de los días, ellos reciben órdenes de análisis que solo se realizan en determinados laboratorios particulares y a precios inalcanzables y del mismo modo recetas de medicamentos que solo se consiguen en determinadas farmacias. De esta modalidad tampoco se escapan los pacientes por covid.

¿Acaso el programa de lucha contra la pandemia, no considera la prestación de estos servicios colaterales? ¿En qué se va todo el cuantioso presupuesto que el Estado destina para el sostenimiento de este programa? . Este tema también debería ser investigado por los señores fiscales.

Hay que tener en cuenta que una significativa mayoría de pacientes pertenece a familias de zonas rurales y marginales, cuya economía está en rojo hace más de un año. Son familias que han perdido toda fuente de ingreso, que tampoco pueden salir a vender en las calles y para colmo no reciben ningún tipo de bono.

Otras familias ya no tienen más cuyes, ni gallinas para vender, incluso han empezado a rematar parte de la chacra, o ya la tienen hipotecada al banco. ¿De dónde van sacar dinero para pagar “una mejor atención”?