Editorial

::: IMPERDONABLE FALTA DE SUPERVISIÓN :::

Desde hace tres meses los vecinos de la urbanización Los Cipreses de Nuevo Chimbote no pueden transitar libremente por sus calles. Durante todo este tiempo éstas se encuentran intransitables debido a los trabajos de cambio de carpeta asfáltica que viene ejecutando la municipalidad distrital.

Por un lado, mientras las amas de casa se ven obligadas a dar más vueltas que de costumbre para dirigirse o regresar de los centros de abasto, muchos vecinos tienen que estacionar sus vehículos fuera de sus domicilios o encargarlos en la cochera de algún amigo de la vecindad.

Por otro lado, en vista que los carros recolectores no pueden realizar su recorrido normal, las bosas de basura se acumulan en cualquier esquina siendo fácil imaginar la molestia que trae consigo esta involuntaria circunstancia.

Por si fuera poco, se han dado casos de viviendas que han sufrido la destrucción de sus jardines exteriores, con el antojadizo argumento de que impiden la ejecución de la obra, y lo que es peor sin importar el daño  que esto ocasiona al ornato y las buenas costumbres. Da la ingrata impresión que tanto al municipio como al contratista y a la empresa supervisora, no significa nada la iniciativa, el esmero y el esfuerzo económico realizado por el vecindario. No obstante que la obra estuvo programada para mes y medio, ya van tres meses que los vecinos vienen padeciendo tan insoportable situación.

Pero, el mismo martirio que se vive en Los Cipreses, también o están padeciendo los vecinos de la segunda etapa de la urbanización Buenos Aires, donde la cosa parece ser todavía peor. Aparte de la interrupción del tránsito peatonal y vehicular, se tiene que soportar la presencia de enormes montículos de desmonte en varios lugares del vecindario, sin que esto le interese en nada a la autoridad municipal.

Cada vez que los vecinos se dirigen a los trabajadores para invocarles un mejor cuidado, la respuesta que reciben es la misma. “Nosotros nos limitamos a cumplir nuestro trabajo y no respondemos por lo demás”. Por lo menos son sinceros ya que cada vez que los vecinos acuden a la municipalidad a expresar sus quejas, los funcionarios ofrecen que de inmediato van a corregir la situación pero nunca cumplen su palabra.

Para expresarnos al menos con algo de fundamento, hemos acudido al reglamento del Organismo Supervisor de Contrataciones con el Estado, OSCE, que norma en todas sus etapas la ejecución de estas obras públicas.  Entre las disposiciones específicas y de rigor, ahí se señala que toda obra debe contar con el servicio especializado de una empresa supervisora. Ésta responde ante la municipalidad no solamente por la calidad del material y de la mano de obra, sino también por el plazo de ejecución y el cumplimiento de protocolos complementarios como la señalización y advertencias relacionadas con la seguridad peatonal y vehicular.

Otra precisión saltante señala que por cada día de retraso que sufra la obra, la municipalidad está en todo el derecho de aplicar al contratista una multa equivalente al 1% del presupuesto fijado en el contrato. Y acá viene lo principal, si la demora sobrepasa los 15 días, la municipalidad puede rescindir el contrato en forma inmediata y aplicar al contratistas todas las penalidades de ley, debiendo encargar la continuación de la obra a otro postor.

No sabemos si las empresas que supervisan las obras de las urbanizaciones Los Cipreses y Buenos Aires están cumpliendo debidamente lo que dispone el OSCE. Pero si sabemos que la autoridad municipal está en la obligación de atender el reclamo de los vecinos y ponerse del lado de ellos. Para eso han sido elegidos.