Editorial

::: CHINECAS TRABAJA PARA EL ENEMIGO :::

Increíble pero cierto:

En realidad, esto ya no es ninguna novedad. Conforme lo hemos informado en nuestra edición de ayer, ha quedado al descubierto  que el principal asesor del gobernador  regional de Ancash en el tema específico del Proyecto Especial Chinecas, es al mismo tiempo consultor del proyecto  liberteño Chavimochic. Increíble, pero cierto. Pero sucede que esta paradójica  y desconcertante designación  no la única que se ha producido al interior del proyecto irrigador. Como este caso,  hay muchos otros de ingrata recordación.

Uno de ellos  fue el  nombramiento como gerente general de Chinecas del  Ing. Edilberto Ñique Alarcón, quien venía de ocupar un alto cargo justamente en el proyecto Chavimochic. Aún está vivo en nuestra memoria el recuerdo de lo que sucedió aquel 12 de marzo del 2019 cuando el Ing. Ñique Alarcón convocó a su despacho en Tangay a los dirigentes de los asentamientos humanos que invadieron las 308 y 217 hectáreas.

Ante la sorpresa de propios y extraños,  no lo hizo para comunicarles que su despacho iba a iniciar las acciones legales de desalojo, como era su obligación y como todo el mundo esperaba. Lo hizo más bien para expresar a los invasores su total apoyo para que las tierras invadidas continúen en su poder y dejen de pertenecer a Chinecas.  Como en efecto así ha sucedido.

Para nada le importó al Ing. Ñique Alarcón que con esa actitud, y sobre todo en su condición funcionario remunerado por el estado, estuviera avalando en todos sus extremos un hecho ilegal, conspirando de paso contra la ejecución del proyecto para el que había sido expresamente contratado. Pues como está probado históricamente,  todo acto de esta naturaleza, reñido con el estado de derecho,  no solo  debilita las posibilidades de inversión que tanta falta le hace al desarrollo del país, sino también las ahuyenta. ¿Ustedes creen que mientras estuvo en Chavimochic  el Ing. Ñique Alarcón habría siquiera intentado hacer lo mismo?. Por supuesto que no; lo hubieran echado  a patadas en el acto. Allá no existe una sola hectárea en poder de invasores.

Posteriormente, cuando  ya estaba a punto de abandonar la gerencia de Chinecas, lanzó otra temeraria iniciativa. Con increíble desparpajo  propuso que los agricultores de Santa y Nepeña,  en vez en vez de exigir una mayor captación de las aguas  del río Santa, más bien deberían  construir  sus propios pozos tubulares ya que solo así podrían  extraer del subsuelo el agua que necesitan para  irrigar sus cultivos.

Pero algo tanto o más inaudito que esto, sucedió hace treintaicinco años durante la ceremonia que dio  inició a la construcción del canal principal del proyecto liberteño Chavimochic. Por orden del mismísimo presidente de la república Alan García Pérez, el  entonces alcalde de Chimbote Julio Geldres Aguilar fue obligado a formar parte de la delegación que luego de la ceremonia recorrió a pie el trazo del canal principal. Por la connotación política que este suceso representó en ese momento,  Chimbote estaba  olvidándose de Chinecas y expresando su satisfacción por la ejecución de Chavimochic.

Como resultado de acontecimientos como estos, que lindan con la ignominia, el proyecto de irrigación Chinecas está como está, sin haber dado un solo paso adelante. No sería raro por eso que la presencia en Chinecas del consultor de Chavimochic, tenga algo que ver con la inclinación de la balanza a favor del proyecto liberteño.

No se descarta que el fracaso de la primera reunión de la mesa técnica y la sintomática resurrección de la idea de construir la bocatoma de Tablones, abandonando con ello el proyecto original de una bocatoma única y compartida, sean resultado de esta inclinación y no simples hechos aislados. Esa podría ser la razón por la que los agricultores de Santa y Nepeña se encuentran en alerta extrema.

Por lo demás, el asesor del gobernador regional y al mismo tiempo consultor de Chavimochic, sabe de antemano que trabajar en simultáneo frente a estos imponderables, deviene en un inevitable conflicto de intereses. Por ética, un mismo abogado, por ejemplo,  no puede defender a ambas partes. Es hora de cortar por lo sano. Por lo tanto, Chinecas no puede seguir trabajando a favor del enemigo.