Editorial

AVENIDA COSTANERA EN ALERTA ROJA

Lo que mal comienza, mal acaba. Tal  parece ser la suerte que podría correr la obra de construcción de la avenida Costanera que desde el 7 de diciembre del año pasado viene ejecutando la gestión del alcalde Roberto Briceño Franco. De acuerdo con el cronograma de la obra, ésta debe ser ejecutada en un plazo de nueve  meses, debiendo quedar concluida a más tardar los primeros días del próximo mes de septiembre. Sin embargo, a cuatro meses de haberse colocado la primera  piedra en una ceremonia realizada con bombos y platillos, y cuando el avance de los trabajos debería alcanzar en este momento el 45 por ciento, este avance no llega ni siquiera al 20 por ciento.

Ante ésta  y otras inquietudes  que han formulado expertos en el tema y también los propios vecinos, un equipo de funcionarios de la Contraloría General de la República realizó  una visita de control a efectos de conocer la realidad in situ y formalizar las observaciones a que hubiere lugar.

Precisamente uno de los vecinos es el arquitecto Marcos Benites Guevara,  quien dicho sea de paso impulsó la idea de construir la avenida Costanera cuando fue alcalde de la ciudad hace ya treinta años. El ex burgomaestre  señala que en esa época la obra fue concebida con un propósito muy especial:  que su diseño arquitectónico armonice con la belleza natural de la bahía de Chimbote para que exista una complementación y reciprocidad entre sí. Su recorrido comienza en la primera cuadra de Malecón  Miguel Grau y se prolonga hasta la zona industrial del 27 de Octubre.  Justamente la primera etapa es el  tramo comprendido entre los jirones Guillermo More  y Tumbes, que incluye la Plaza 28 de Julio.

A este respecto, el ex alcalde Benites Guevara sugiere que lo que se ha debido ejecutar es el segundo tramo,  que está comprendido entre los jirones Tumbes y Huánuco. De esa manera la avenida  cumpliría con el principio de continuidad  y la población disfrutaría de un paseo mucho más placentero sin interrupción alguna.

Señaló  que el diseño  del tramo que se viene ejecutando en este momento,  está muy lejos de la concepción  arquitectónica original y dijo asimismo no comprender cómo siendo el alcalde Briceño un profesional en arquitectura, haya pasado por alto éste y otros detalles.

Otra de las inquietudes, según indicó el ex burgomaestre, radica en el hecho de no haberse realizado previamente un estudio de suelos y de impacto hidráulico; pues a todo lo largo de la zona costera de Chimbote existe una enorme napa freática que por  gravedad desfoga en el mar y eso todo el mundo lo sabe.  Obstruir ese desfogue mediante la compactación del suelo, como está sucediendo en el  caso de la avenida Costanera, es obligar a que el agua subterránea aflore y afecte otros lugares. Pues el mismo problema se ha presentado en la obra de la avenida Brea y Pariñas, donde el afloramiento de agua está afectando  incluso algunas viviendas.  Para evitar este daño, en vez de compactar el suelo, dijo, las normas de construcción recomiendan colocar una base de rocas ya que a través de ellas el agua puede seguir su curso. No se puede  ir contra las leyes de  la naturaleza.

Por otro lado se ha podido conocer que, según  el expediente técnico,  el tramo que se está ejecutando comienza en la avenida Brea y Pariñas, en la urbanización  El Trapecio, y termina en el jirón Ramón Castilla, en la urbanización La Libertad. Sin embargo, de la noche a la mañana el tramo  ha sido ampliado hasta el jirón San Martín, doscientos metros más, que irremediablemente va a repercutir en una significativa ampliación  presupuestal que se estima va a superar los dos millones de soles.

Todo esto confirma una vez más la mala costumbre de la actual gestión municipal de variar  plazos,  hacer modificaciones y ampliar el presupuesto cuando la obra  ya en plena ejecución. ¿Por qué estos cambios sorpresivos no se hicieron antes de aprobar el expediente técnico? A propósito, se afirma que la gestión del alcalde Briceño encomendó la elaboración este expediente en la ciudad de Huaraz, menospreciando la participación de profesionales de Chimbote, quienes poseen mucha más experiencia y pleno conocimiento de la realidad.

Es posible que a causa de estas y otras observaciones, la obra de la avenida Costanera en cualquier momento se encuentre en alerta roja.