Editorial

LA PROVINCIA DEL SANTA SE HA QUEDADO SOLA

La lección del paro:

Imposible negarlo. El paro de protesta convocado anteayer por los agricultores de la provincia del Santa no ha tenido la contundencia ni la repercusión que todos hubiéramos  deseado. Pero, también es cierto que gracias a esta movilización hemos podido comprobar una ingrata pero necesaria realidad:  cada vez que se trata de dar la cara y salir en defensa de la provincia del Santa, ésta siempre se queda sola.

La finalidad del paro no ha sido otra que salir en defensa de algunos reclamos que hace mucho tiempo son un clamor no solo de los agricultores sino de toda la población provincial. En concreto, estos reclamos son: 1) Implementación de la Ley 31345 que dispone la ejecución del proyecto especial Chinecas; 2) demolición del muro  que ha construido Chavimochic para captar ilegalmente una mayor dotación  de las aguas del río Santa, y 3) detener el alza incontenible  del precio de los fertilizantes.

Por donde quiera que se le mire, esta plataforma de lucha responde a una postura que llama a sumar esfuerzos, con la cual no se puede ser indiferente.  Los valles de Santa, Lacramarca y Nepeña representan una gran despensa de productos  de primera necesidad,  tanto para el consumo interno como para la exportación. Pero también son una fuente de trabajo sostenido, directo e indirecto, para un número cada día mayor de trabajadores.

Sin embargo, cuando todos esperábamos que el paro  iba a contar con la presencia alentadora de las principales autoridades provinciales, nos dimos con el desencanto de estar completamente equivocados.  No se hizo presente ninguno de los cinco congresistas, quienes antes de ser elegidos prometieron defender los intereses de Ancash con alma, corazón y vida.  Tampoco se vio a ningún representante del gobierno regional y por último ni un solo alcalde. Es como si los problemas de la provincia del Santa les importara un comino.

En una ocasión como ésta, la presencia de dichas autoridades era imprescindible para conseguir por lo menos el beneficio de la voluntad política. Nos estamos refiriendo desde luego a la voluntad política en su condición de factor determinante para viabilizar y encaminar proyectos que luego se han convertido en realidad. Algo que por supuesto está en manos de aquellos que han sido elegidos por el voto popular. Por consiguiente, no estamos hablamos de  los favores políticos que se obtienen ingresando a Palacio de Gobierno por la puerta falsa y tocando la puerta de los ministerios en busca de trabajo para amigos y familiares.

Tal como están las cosas, los reclamos de la provincia del Santa exigen asumir otro tipo de actitud. Se requiere de un compromiso enteramente definido y no a través de posturas ambiguas y huidizas. Nada puede ser más decepcionante que pretender asumir esta defensa desde la comodidad de un escritorio y peor aún solamente a través de  enlaces telefónicos.  De la misma forma como se llevan a cabo las campañas electorales, así también después de ser elegidos hay que caminar con el pueblo  y empolvarse los zapatos.

Entre otros resultados, el paro del día jueves ha servido para demostrar que,  sin la posibilidad de cristalizar sus sueños y sin la voluntad política que se requiere para ello, una vez más la provincia del Santa se ha quedado sola.