Editorial

SIN TIEMPO PARA PENSAR NI DECIDIR

Elecciones en su laberinto:

Es de suponer que antes de acudir a las urnas el próximo 2 de octubre, el grueso del electorado necesita conocer con la debida anticipación, y por lo menos a groso modo,  cuál es la propuesta o el  plan de trabajo que ofrecen poner en marcha los candidatos que resulten elegidos. Más que un recurrente supuesto, conocer dicha propuesta es una necesidad de primer orden. De no tener a la vista esta información, dentro de veinte días estaríamos acudiendo a los centros de votación con los ojos vendados, sin saber por quién y por qué votar. En todo caso, solo para evitar el pago de la multa.

Pero a la par de esta información, también es indispensable saber si los candidatos y candidatas poseen la idoneidad para desempeñar el cargo al cual están postulando, empezando por la capacidad y experiencia en gestión pública. De no ser así, los planes y propuestas de trabajo no serían más que un simple saludo a la bandera y una promesa irrealizable, de las tantas que ya hemos tenido que soportar.

Demás está insistir en que los candidatos que se mantienen en carrera, deben  acreditar asimismo una conducta intachable y no arrastrar el peso de deudas contraídas con la justicia y con la sociedad. De lo que se trata es de evitar que se repita el aventurerismo, la improvisación y el aprovechamiento desleal que hemos vivido en los últimos años, precisamente por no saber elegir.

Empero, cuando faltan veinte días para la hora de la verdad, es muy poco o casi nada  lo que sabe acerca de lo que ofrecen los candidatos que postulan al gobierno regional de Ancash, a la municipalidad provincial del Santa y a la municipalidad distrital de Nuevo Chimbote, instituciones que, electoralmente hablando, son las plazas más emblemáticas y cotizadas del medio.

Aparte que la mayoría de los planes de trabajo  son descolgados del internet y por lo tanto poco creíbles, en lo que respecta a estas plazas electorales hemos tenido la ingrata experiencia de elegir autoridades improvisadas, que llegaron al cargo con las manos vacías y que jamás merecieron el respaldo popular. De ahí que varias de ellas, antes de terminar su gestión han terminado vacadas o en la cárcel. Y eso es algo que,  ahora más que nunca, tenemos que advertir y no perder de vista. ¿O es que queremos tropezar de nuevo con la misma piedra?.

Eh ahí la necesidad de conocer cuanto antes la oferta electoral de los candidatos y eso solo es posible a través de un debate alturado en el que se anteponga el intercambio ideas y no precisamente los golpes bajos. En medio de tantas obras paralizadas y tanta necesidad en los campos de saneamiento, salud y educación, no es posible que el gobierno regional y las municipalidades dejen de utilizar más del 50 por ciento del presupuesto que les envía el estado. ¿De qué capacidad de gestión se puede hablar en esas condiciones?. Señores candidatos, es hora de dejar atrás el pasado y plantear con responsabilidad la solución de estos problemas.

Por lo pronto se sabe que el próximo domingo 25  los candidatos a la alcaldía distrital de Nuevo Chimbote sostendrán un debate para sustentar sus propuestas de trabajo; pero se desconoce hasta este momento si los candidatos a la alcaldía provincial del Santa y al gobierno regional de Ancash, harán  lo mismo. Hacemos esta acotación porque una cosa es encabezar ruidosas caravanas,  con portátiles a sueldo, donde prima la fanfarria y escasean las ideas. Pero otra cosa muy diferente es sentarse ante un auditorio y responder preguntas que ayuden a esclarecer y dar credibilidad a las propuestas.

No estaría demás que, de la misma forma cómo se sanciona la omisión de información  en las hojas de vida, en algún momento las autoridades electorales apliquen una sanción a los candidatos que, una vez elegidos, no cumplan con ejecutar sus propuestas de trabajo.

Por donde quiera que se le mire, ese incumplimiento es una burla al electorado y una estafa masiva tan igual o peor que la infame promesa de regalar 500 soles mensuales a las familias de extrema pobreza. Ojalá en los próximos veinte días podamos conocer esas propuestas ya que solo así se podrá decidir, con algo de convencimiento,  por quién y por qué vamos a votar. A estas alturas, el tiempo resulta ser nuestro peor enemigo.