Editorial

EN VEZ DE LIMPIAR SERÍA MEJOR NO ENSUCIAR

Por supuesto que sí:

El sábado 17 desde las primeras horas de la mañana se llevó a cabo una jornada de limpieza a todo lo largo del malecón Miguel Grau así como de la playa La Caleta y sus intersecciones, lugares que bien pueden considerarse como la vitrina de Chimbote toda vez que atraen el  mayor número de personas que visitan la ciudad. La actividad se realizó con motivo del Día Mundial de la Limpieza de Playas, una conmemoración que tiene por finalidad sensibilizar a la humanidad sobre la necesidad imperiosa de proteger estos espacios naturales.

La actividad estuvo a cargo de personal de la municipalidad provincial del Santa, División Policial de Chimbote, Subprefectura provincial y  de la institución Manos Mormonas. Pero más allá de una obligación institucional, no se puede negar que es una muestra palpable de un compromiso  ejemplar que estas instituciones se han impuesto a sí mismas, como es el fortalecimiento de una mayor identificación con Chimbote.

De un tiempo a esta parte se ha podido observar con justificado beneplácito la realización cada vez más frecuente de estas jornadas de limpieza. Diversos organismos e instituciones educativas se han sumado a este esfuerzo que tiene como beneficiaria principal a la bahía de Chimbote. Quiere decir que estamos hablando de un llamado a la conciencia y ejemplo multiplicador que poco a poco adquiere una mayor repercusión.

Sin embargo, no obstante ser los escenarios preferidos por los visitantes para tomarse la foto del recuerdo, el malecón Grau y La Caleta son paradójicamente los lugares que más sufren las consecuencias de la falta de limpieza pública y la ausencia de cultura cívica. Más de los días, ambos lugares amanecen convertidos en un verdadero muladar, lo que inevitablemente es una vergüenza para la imagen de Chimbote.

En múltiples informaciones, el Diario de Chimbote ha dado cuenta de esta situación y ha puesto en claro que los responsables están plenamente identificados. En efecto, los tripulantes de las embarcaciones ancladas a todo lo largo de la bahía no tienen el menor reparo en arrojar por la borda toda clase de deshechos; desde residuos de lubricantes y aparejos navales, hasta  envases de plástico y restos de comida. Por efectos naturales, la corriente marina se encarga de “recolectar”  y “concentrar” estos deshechos  precisamente en  toda ribera del malecón Grau y La Caleta.

Por jurisdicción, tanto la Capitanía de Puerto como los ministerios de la Producción y del Ambiente están en la obligación de sancionar y poner fin a este grave atentado contra el medio ambiente; acción que la ciudad de Chimbote reclama hace mucho tiempo y que debe efectuarse con toda la rigurosidad de la ley para escarmiento de los infractores. Probado está que estos deshechos son causa de un severo daño ecológico y ambiental.

Por esa razón no estaría demás que en una próxima jornada de limpieza, podamos ver la presencia de las principales autoridades y funcionarios públicos de la ciudad, ya que de esa manera el mensaje de civismo tendría mucho más respaldo. Una o dos horas de su tiempo que estos personajes dediquen a una jornada de limpieza, hablaría mucho de su vocación de servicio e identificación con Chimbote. ¿O es mucho pedir?.

Como lo hemos recordado en nuestro comentario del día lunes, para que Chimbote se convierta en una ciudad atractiva y hospitalaria, se requiere de tres cosas fundamentales: limpieza, orden y civismo. Para empezar, en vez de limpiar la ciudad mucho mejor sería no ensuciarla.