Editorial

SEGUIMOS SENTADOS EN UN BANCO DE ORO

Ironías del canon minero:

Por tercer año consecutivo, Ancash encabeza la lista de las regiones que más dinero viene recibiendo por concepto de canon, sobre canon y regalías mineras, un beneficio económico que bien puede considerarse  como caído del cielo pero que no se traduce en un bienestar propiamente dicho. Por este concepto, este año el gobierno regional y las municipalidades de Ancash han recibido en sus cuentas bancarias la envidiable suma de 2,867 millones de soles, equivalente al 26 por ciento de la recaudación nacional.

Pero también por tercer año consecutivo, los organismos e instituciones de Ancash que cada año reciben este beneficio, no han utilizado ni siquiera el 30 por ciento  de dichos recursos. Por absurdo que pudiera parecer, el  70 por ciento de este dinero no lo han utilizado por la falta de capacidad de gestión de la que adolecen estos organismos.

Cuesta creerlo, pero no queda otra cosa que aceptarlo: en el caso de Ancash  el canon minero no está sirviendo para alcanzar los fines y objetivos que impulsaron su creación. Las carencias de la región siguen siendo las mismas que ya existían mucho antes de promulgarse la ley del canon minero. Para muestra, un botón. Como quedó demostrado durante los días de la pandemia, existe en Ancash una enorme brecha entre la oferta y la demanda de atención hospitalaria; situación que se presenta con el mismo dramatismo en el campo de la infraestructura educativa.

Otra faceta de esta dura realidad, pero con rostro humano,  es el hecho que 4 de cada 10 niños ancashinos menores de doce años, se mantienen atrapados en las garras de la anemia y la desnutrición crónicas. Eso, como resultado de que casi la mitad de la población todavía vive en situación de pobreza y pobreza extrema, en tanto que un 30 por ciento de la población rural todavía se mantiene atado a las cadenas del analfabetismo.

En cualquier otro escenario del Perú y el mundo, 2 mil 867 millones de soles es una cifra con la que se podría ejecutar grandes obras. Por ejemplo, financiar la construcción de  5 hospitales regionales, 20 colegios de alto rendimiento  y más de 1,000 kilómetros de carreteras asfaltadas y caminos vecinales. Asimismo desarrollar trabajos de investigación  científica y tecnológica que permitan en un futuro ni muy lejano sacar a Ancash de la postración ancestral en la que se mantiene.

Es frustrante comprobar que cada año,  ante las necesidades con las que el pueblo ancashino se acuesta y amanece, el 70 por ciento del canon minero no se utilice por falta de capacidad en la gestión pública. Tanto el gobierno regional como las municipalidades  tienen un talón de Aquiles que se llama falta de capacidad, lo que les impide elaborar proyectos factibles y debidamente sustentados. El dinero del canon no está para ser despilfarrado.

Ha sido precisamente esta falta de capacidad la que ha llevado al ministerio de Economía y Finanzas a plantear una propuesta muy seria y de consenso. Según la referida propuesta, es necesario crear un organismo a nivel de autoridad autónoma, para que encargue de administrar los recursos  del canon minero que los gobiernos regionales y las municipalidades no son capaces de utilizar.

Es realmente una lástima que, con tanta riqueza al alcance de sus manos, Ancash siga siendo un mendigo sentado en  un  banco de oro.