Editorial

CANON DESAPROVECHADO

De acuerdo con la información que cada tres meses se encarga de proporcionar el Portal de Transparencia Económica del ministerio de Economía y Finanzas, el año 2022 la Universidad Nacional del Santa ha recibido la suma de 95 millones de soles por concepto de canon minero, pero de todo ese importante recurso esta casa de estudios solo ha utilizado menos de 9 millones, es decir ni siquiera el 10 por ciento.

La ley 27506 que crea el Canon Minero,  establece que las universidades nacionales receptoras de este beneficio excepcional,  están en la obligación de priorizar el uso de este dinero en la ejecución  de obras de infraestructura y de manera especial en la realización de trabajos de investigación, ya sea éstos de carácter científico, tecnológico o cultural. Pues esta labor es la que en definitiva  permite reflejar en toda su amplitud los resultados de la formación académica que imparten estos centros de estudio.

A nivel mundial, el trabajo de investigación universitaria está en este momento a la cabeza de muchos descubrimientos que luego han sido puestos al servicio de la humanidad, como se pudo ver recientemente en el caso específico de las vacunas contra el covid-19. El aporte de la investigación universitaria, tanto en la medicina como en los demás campos del quehacer humano, viene estrechamente  asociada con los pasajes más saltantes y cruciales de la historia  de la humanidad.

En ese sentido, causa más de una sorpresa enterarnos que la primera casa de estudios superiores de la provincia del Santa no utilice ni siquiera el diez por ciento de los recursos del canon que cada año el estado pone a su disposición. Devolverlos al erario nacional es algo que deja mucho qué desear.

Asimismo, desde hace dos años Ancash es la región que ocupa el primer lugar en la producción de cobre a nivel nacional. El principal productor de este mineral, el yacimiento Antamina, está localizado en la provincia de Huari. Por consiguiente, merced a este afortunado repunte, somos la región que por segundo año consecutivo ha recibido el mayor canon minero en todo el Perú, el mismo que en el 2022 ha sobrepasado la suma de 2,500 millones de soles.

Pero por otro lado, cuesta reconocer que la gran producción minera siga siendo exportada a otros países en el mismo estado en el que extraía de la naturaleza, sin   el más mínimo valor agregado.  Y lo mismo sucede con la harina y el aceite de pescado que son productos semi elaborados, igual que con las paltas, mangos y otros productos del agro. Si toda esta producción fuese previamente transformada, otro sería su precio en el mercado internacional y otro sería el beneficio a favor de la región Ancash.

Pero esa transformación, claro está, tiene que ser el resultado de un trabajo de investigación e innovación, una tarea que en el caso de nuestra provincia solo la universidad  nacional del Santa, si se lo propone,  podría estar  en condiciones  promover y poner al servicio del desarrollo industrial y tecnológico.

Se sabe asimismo que existen convenios de intercambio de conocimientos y experiencias con otras universidades del país y el extranjero que pueden servir para este propósito, pero que sin embargo  se mantienen en la misma condición de  Lázaro, es decir a la espera de una voz que les diga levántate y anda.

La Universidad Nacional del Santa ha sido una de las primeras de su género en lograr su licenciamiento por parte de SUNEDU, lo que confirma que está en condiciones de superar muchas otras vallas. Haría mal si se queda dormida en sus laureles.