Editorial

SE IMPUSO AUTORIDAD

Jirón Tumbes:

En realidad, no había necesidad de darle tantas vueltas al asunto. Todo era cuestión de cumplir y hacer cumplir las normas municipales.  Desde hace dos años y medio, cuando empezó la pandemia del covid-19, la gestión municipal de aquel entonces autorizó a un numeroso grupo de comerciantes informales a ocupar temporalmente las cuadras 3, 4 y 5 del céntrico jirón Tumbes y bocacalles adyacentes; ello a fin de permitirles desarrollar su actividad para que puedan llevar el sustento a sus hogares.

La referida autorización municipal tenía que ver con una disposición del gobierno central permitió en forma excepcional el comercio callejero, en vista que los centros de abasto y grandes establecimientos comerciales debieron cerrar sus puertas o atender en horarios restringidos, justamente  para evitar conglomeraciones así como la propagación de mayores contagios.

El compromiso  entre la municipalidad provincial del Santa y los comerciantes informales consistía en ocupar las tres cuadras del jirón Tumbes mientras subsista la situación de emergencia sanitaria. Tan pronto como ésta fuese levantada por el gobierno central, los comerciantes desocuparían en el acto la vía pública.

Al respecto, algo que viene al caso precisar es que la autorización del gobierno central otorgaba un trato preferencial a los vendedores de artículos comestibles y de primera necesidad. Sin embargo, los  comerciantes que se establecieron en el jirón Tumbes en su totalidad eran vendedores de prendas de vestir. Es más, conforme lo han podido establecer funcionarios municipales, el 80 por ciento de ellos tienen puestos de venta en otros mercados de la ciudad.

Ha sido así, gracias a esta criollada, que el jirón Tumbes ha permanecido más de dos años convertido en una potencial bomba de tiempo. En el lugar ocupado por los comerciantes informales en una vía pública, abierta al tránsito peatonal y vehicular. Es más, en ese lugar funcionan importantes instituciones como el Departamento de Medicina Legal, la Oficina de Migraciones, Serpost y la emblemática institución educativa Jardín Ruso. Ante cualquier situación de emergencia, solo Dios sabe lo que puede haber ocurrido en medio de esta trampa mortal.

Como se temía, luego que el gobierno levantó a nivel nacional el estado de emergencia sanitaria, los comerciantes informales se valieron de una serie de argucias para seguir ocupando el jirón Tumbes. De nada valió el compromiso que ellos mismos asumieron de aprovechar la última campaña navideña y retirarse el pasado 31 de diciembre.

Todas las mesas y sobremesas de diálogo que se han llevado a cabo a lo largo de los últimos tres meses entre los comerciantes y la actual gestión municipal, han terminado tal como empezaron: sin llegar a ningún acuerdo. Lo único que ha quedado claro es que, conforme lo establece la Ordenanza Municipal 008-98/MPS, “está prohibida la instalación de paradas, mercadillos  y todo centro de comercialización informal dentro del casco urbano y zonas adyacentes de la ciudad de Chimbote”.

Ha sido en cumplimiento de esta disposición que, desde las primeras horas de anteayer,  lunes 27, personal de la municipalidad provincial del Santa y un destacamento de cien miembros de la Policía Nacional, retiraron los puestos de venta ubicados en este céntrico jirón y procedieron a pintar señalizaciones para restablecer el tránsito peatonal y vehicular. Se impuso el principio de autoridad y como lo ha sostenido el actual alcalde  Luis Gamarra Alor, lo único que se ha hecho es cumplir las normas municipales.