Editorial

TURISMO AUSENTE

No estamos hablando de una sanción cualquiera ni mucho menos de un hecho intrascendente. En una intervención inopinada realizada el último fin de semana, el establecimiento Perú Bar Centro  y el restaurant  Mar y Luna fueron multados, según información oficial de la municipalidad provincial del Santa, “por utilizar implementos de cocina en estado antihigiénico y nocivos para la salud”.

Desde el punto de vista de imagen local, esto es  inaceptable. Ambos locales son ampliamente  conocidos, gozan de una gran concurrencia de público y por más de una razón son puntos de referencia en lo que a gastronomía y servicios turísticos se refiere.  Por tanto, era de esperarse que sus conductores tuvieran especial esmero en un aspecto tan elemental en el servicio de comidas y bebidas como es la higiene.

La intervención estuvo a cargo de funcionarios de la Gerencia de Gestión Ambiental  de la municipalidad provincial del Santa así como de la Red de Salud Pacífico Norte y de la Segunda Fiscalía  Provincial Especializada en Prevención del Delito; instancias que tienen  directa injerencia y están facultadas para resguardar, entre otros aspectos,  la calidad de un servicio tan sensible y de tanto cuidado como es la venta de  comidas y bebidas. Cabe precisar por tanto que este servicio está normado por la Ley General de Turismo, Ley 29408, y el Reglamento de Restaurantes y Establecimientos Afines, Decreto Supremo N° 025-2004-MINCETUR.

En razón de este marco legal, no deja de llamar la atención que en la referida intervención inopinada no haya estado presente ningún funcionario de la Dirección Sub Regional de Turismo del gobierno regional de  Ancash con sede en Chimbote,  que por mandato legal es  el organismo rector de este rubro de servicios.

En cumplimiento de los mencionados dispositivos legales, es esta dependencia regional  la que, en primer término, determina el funcionamiento no solo de restaurantes sino también de discotecas, hoteles y establecimientos afines. Y no solo eso, también califica y otorga de acuerdo con el respectivo reglamento, la categoría de los referidos establecimientos. Recién a partir de esta categorización, los propietarios de estos locales quedan facultados para gestionar licencia municipal de funcionamiento, certificados de salud y otras autorizaciones complementarias.

Eso, desde luego, conlleva la realización de un seguimiento a través de inspecciones y, en el mejor de los casos, brindando un servicio permanente de asesoría y capacitación para que estos establecimientos brinden un buen servicio al cliente y no incurran en faltas de higiene y otras deficiencias.

Sin embargo, de  un tiempo a esta parte la Sub Dirección Regional de Turismo de Chimbote parece haberse convertido en un  organismo ausente. No aparece donde debería estar. Que sepamos, jamás se ha realizado en Chimbote un curso de capacitación  dirigido al personal que labora en restaurantes, hoteles y demás establecimientos de servicios turísticos.  ¿Cómo este sector laboral, estimado en más de 15 mil trabajadores, podría ofrecer un buen servicio si desconoce las normas y procedimientos para brindar un mejor trato al cliente?.

En vísperas de la fiesta patronal de San Pedrito, nada podría ser más oportuno y necesario que ofrecer un evento de capacitación a estos trabajadores. El buen servicio turístico no solo se resuelve aplicando una multa sino más contribuyendo a elevar la calidad del servicio.